Sabemos que iniciar la alimentación complementaria puede ser muy emocionante, pero al mismo tiempo ponernos muy nerviosos.
Aquí te compartimos unos tips para saber si tu hij@ está list@ para comer y cómo y cuándo empezar.
La mayoría de los pediatras recomienda empezar la alimentación complementaria a los 6 meses cumplidos, ya que a esta edad la mayoría ya se sienta solo y tienen interés por comer. Tu bebé está listo para empezar la alimentación complementaria cuando:
- Pierde el reflejo de empujar la comida hacia afuera con la lengua.
- Se puede sentar con apoyo y mantener la cabeza derecha mientras está sentado.
- Muestra interés en lo que comes.
- Puede girar la cabeza hacia la comida o rechazarla.
- Abre la boca cuando le ofreces comida.
Si tu bebé cumple con todos estos puntos, entonces ¡está listo para comer!
Eso sí, debes siempre consultar primero con tu pediatra y comentarle qué metodología de alimentación eligieron como familia, para que les ayude a planificar cómo ir integrando las comidas.
Existen 3 metodologías de alimentación complementaria:
1. Colados o papillas, también conocido como alimentación con cuchara: es el más tradicional y consiste en alimentar a tu bebé con comida molida usando una cuchara.
- Ventajas: Es un método más ordenado y limpio, genera menos desperdicios y es más fácil para alimentarlos en cualquier lado.
- Desventajas: Puede llevar a una aversión a las texturas, se pierde la etapa de exploración, es más fácil sobre alimentarlos.
- Ventajas: les da independencia, les permite practicar sus habilidades motoras y orales, ellos controlan cuánto comen, les permite explorar y divertirse, puede ayudar a disminuir la aversión a texturas y sabores más adelante.
- Desventajas: es más sucio y desordenado, se desperdician más alimentos, les dan arcadas a los bebés mientras se van acostumbrando a comer.
3. Mixta: consiste en mezclar ambos métodos. Es decir, les das un alimento entero para que lo exploren al mismo tiempo que les vas dando una papilla con cuchara.
- Ventajas: tienes lo mejor de los dos mundos, pudiendo darles un colado en caso de emergencia y permitiéndoles explorar con la comida en casa.
- Desventajas: es el doble de trabajo, ya que debes preparar ambos tipos de comida y limpiar ambos desórdenes. También puede crear confusión y rechazo por uno de los dos tipos de métodos.
La decisión de cómo alimentar a tu bebé es completamente personal y se ajusta a cada dinámica familiar. No hay una que sea mejor que la otra. Mientras tu bebé esté alimentado y feliz, ¡todo está bien!